La crisis económica también ha afectado a los árboles de Zaragoza. Ayer cayó un gran pino en el Picarral que pudo provocar una catástrofe, pues pesaba 4.000 kilos, y se reabre el debate sobre el control municipal. Las quejas vecinales sobre el estado de los árboles son abundantes, pero hay demasiado árbol para las brigadas de trabajadores y eso es un peligro. La crisis ha llevado, incluso, a podar cada 6 años, en lugar de cada tres. La DGA, a través de la Unidad de Salud de los Bosques, debería ayudar al Ayuntamiento de Zaragoza. Se corren muchos riesgos y el estado del arbolado es vital.