La Comisión Provincial de Ordenación del Territorio ha detectado notables deficiencias técnicas en el proyecto de Arcosur. Dicho plan urbanístico, que prevé levantar más de veinte mil viviendas al sur de Zaragoza, presenta problemas relativos al volumen de edificabilidad de algunas zonas, a la incidencia del ruido generado por los aviones que lo sobrevolarán, a los riesgos geológicos derivados de las dolinas y a la ausencia de infraestructuras adecuadas para soldar el nuevo barrio con el resto de la trama urbana de la capital aragonesa.

Son todas ellas razones de peso para imponer correcciones y frenar de momento el proyecto. El Ayuntamiento debe aplicarse a buscar soluciones aceptables; soluciones que para el equipo de gobierno municipal vienen marcadas por la urgencia que a su vez impone la prevista relación entre el desarrollo del nuevo barrio y la obtención de recursos financieros para adquirir el meandro de Ranillas. Parece evidente que en la Casa Consistorial se precipitaron al fiar en el rápido desarrollo de Arcosur el medio para asegurarse la compra de los suelos donde deberá ir la Expo. Ahora la cosa ya no parece tan sencilla y será preciso ir muy deprisa y acertar a la primera si se quiere que todo esté resuelto antes de diciembre.