Las dudas acechan el proyecto deportivo del CAI Básket Zaragoza este año. Tres derrotas en cinco partidos para un equipo configurado con expectativas de ascenso son suficientes como para que salten las luces, sino de alarma, sí al menos de preocupación. El equipo es un bloque sólido, en apariencia difícil de batir, pero que evidencia falta de consistencia cuando los encuentros llegan a su momento de decisivo. Una o dos incorporaciones de calidad que permitieran más rotaciones serían suficientes para ahuyentar los fantasmas que rodean al equipo en este titubeante arranque liguero. Urge, pues, solucionar cuanto antes estas carencias.