El viaje del Canfranero emitido el primer día del año por Aragón TV no ha dejado indiferente a nadie. Cuatro horas de emisión, en prime time, con los únicos sonidos del tren y su silbato. El programa, pionero en España, forma parte de lo que se conoce como slow tv (televisión lenta) y constituye una apuesta innovadora y arriesgada para una televisión pública. Contó, como es lógico, con defensores y detractores, una audiencia del 6,7% y fue trending topic en las redes.