Cuando las cosas estaban relativamente claras en Siria, con una rebelión alzada contra el régimen autócrata de Bashir El Asad que la reprimía duramente, Obama desatendió las peticiones de ayuda por parte de la oposición. Ahora que Siria es un avispero, con la ocupación de parte del territorio por la organización sanguinaria yihadista del Estado Islámico, con la presencia de otros grupos islamistas radicales y con una oposición no islamista totalmente debilitada, y todo ello mientras el régimen aguanta, EEUU ha empezado a atacar desde el aire posiciones del EI. Portavoces de la organización yihadista han dicho claramente que quieren enfrentarse a fuerzas norteamericanas en tierra. Es la forma de convertir lo que es un enfrentamiento entre grupos musulmanes distintos, entre chiís i sunís, en una guerra entre el islam y Occidente que es a lo que aspiran los yihadistas. Pero cabe preguntarse si es posible derrotar desde el aire a un grupo armado que opera en plan guerrilla, en un territorio que domina y en el que siempre le será fácil encontrar santuarios donde refugiarse.