Los trabajadores de la residencia de mayores Romareda están dispuestos a seguir sus reivindicaciones en demanda de más personal por la elevada carga de trabajo que realizan. Aunque la DGA ha asumido aumentar ligeramente los recursos humanos para hacer frente a la atención de los ancianos, los profesionales que la atienden denuncian que las ratios establecidas por el Gobierno aragonés son insuficientes. Pese a las incorporaciones procedentes del cierre de la residencia de Movera, la plantilla acusa de que hay recortes encubiertos.