Se podría decir que más que las chapuzas descubiertas en el sistema regulador de la velocidad del AVE Madrid-Zaragoza-Lérida lo que le preocupa al GIF es que se sepan. De manera que ha extremado la vigilancia en los despachos para blindar la auditoría en la que se desvelan las irregularidades descubiertas en la línea y las anomalías administrativas de las que ha informado este diario. No preocupa tanto que la sociedad haya aceptado a las constructoras varios recibos fuera de plazo como que trascienda la desidia administrativa con la que se trabaja en el GIF.