El programa Zaragoza Redistribuye, la iniciativa municipal de reparto de alimentos para las familias con riesgo de exclusión en la ciudad y que nació hace un par de años para atender la demanda puntual de ayuda, lleva camino de cronificarse. Si hay que destacar en lo positivo la eficacia del mismo y el sostén que supone para los afectados, no se puede obviar el aspecto negativo que transmiten las cifras de beneficiarios, que han alcanzado las 200.000 personas desde que se puso en marcha. Se han multiplicado por diez las previsiones iniciales. La valoración del programa debe ser, por tanto, agridulce.