La Feria de Zaragoza albergaba recientemente la cuarta edición del certamen Power Expo 2004 y el IV Congreso Internacional de la Energía. Entre otras cosas, esta cita ha demostrado la utilidad de juntar a diferentes comunidades autónomas para reflexionar sobre cuestiones como la gestión de la energía y el medio ambiente. La energía es un factor decisivo de desarrollo. En Aragón, con una amplia tradición al respecto lo sabemos bien. Y debemos seguir trabajando para que siga siendo así, lo que lograremos si el mayor porcentaje de valor añadido ligado a esta actividad se queda aquí. Si a ello añadimos una importante presencia de infraestructuras energéticas en nuestras tres provincias obtendremos unos buenos indicadores. Hoy, las energías renovables representan el 14% del consumo de energía primaria en Aragón. En 2003 exportamos el 47% de la energía eléctrica producida y nuestro grado de autoabastecimiento es del 33%. Pero estos datos no deben hacernos olvidar que tenemos que afrontar importantes retos en el futuro, algunos de ellos a corto plazo.

Y ESTO NO PUEDE hacerse sin algunos planteamientos de partida, como el de compatibilizar los objetivos de seguridad y abastecimiento de la energía del país con la legítima aspiración al desarrollo regional. La planificación nacional no puede obviar este punto si quiere servir para vertebrar el territorio, algo clave en una comunidad con las características de la aragonesa.

Pero hay más. Por ejemplo, la apuesta por los ciclos combinados que se hace en la planificación de las infraestructuras. Aunque apoyamos estas tecnologías, también debemos tener presente que su proliferación en determinadas áreas debe contribuir a desarrollarlas. De no actuar así, estaremos saturando infraestructuras cruciales que podríamos usar para, por ejemplo, generar electricidad a partir de recursos renovables.

Relacionado directamente con este tema está el de la capacidad de evacuación de energía eléctrica a la red. En este sentido, el modelo desarrollado por el Gobierno de Aragón fundamentalmente con los parques eólicos --integrar los procedimientos de autorización administrativa con los de acceso y conexión a red o propiciar una buena gestión de los nudos eléctricos-- ha sido imitado posteriormente por otras comunidades.

EL TECHO para la generación eólica admisible en el sistema eléctrico peninsular español (13.000 MW) puede ser fácilmente superado con un adecuado desarrollo tecnológico de los aerogeneradores y una eficaz gestión de los parques. Por eso es necesario que haya reglas de juego iguales para todas las comunidades autónomas basadas en criterios como el potencial de vientos, el rendimiento y la viabilidad de los proyectos o el respeto al medio ambiente.

Pensemos además que en breve tendremos que hablar por fuerza de la generación eléctrica a partir de la energía solar fotovoltaica y de la energía de la biomasa. El escaso desarrollo de la energía solar térmica y la biomasa en Aragón es fiel reflejo de la situación nacional, lo que hace muy oportuna la revisión del Plan de Fomento de las Energías Renovables en España 2000-2010 que recientemente se ha planteado el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE). Si se mandan señales claras, el mercado responde. Ahí tenemos el caso de la energía solar fotovoltaica.

También es necesario revisar la Estrategia de Eficiencia Energética en España 2004-2012 y la metodología de actualización del régimen retributivo del régimen especial. Eso sí, toda esta actividad planificadora por parte del Estado debería estar coordinada con la de las propias comunidades para avanzar todos en la misma dirección. Por no hablar de Kioto o de la defensa de recursos autóctonos como el carbón de Teruel. Pero, ¿cuál es el futuro de la energía en la comunidad? El que diseñemos todos los agentes privados y públicos con instrumentos como el Plan Energético de Aragón 2005-2012 que elabora el Ejecutivo autónomo.

En Aragón el parque de generación eléctrica va a seguir aumentando, como lo hará la explotación de los recursos renovables o la utilización del gas natural como energía primaria en ciclos combinados. Con este escenario no podemos quedarnos atrás y hemos de apostar por la investigación en nuevos campos como las tecnologías del hidrógeno, teniendo claro que tampoco sería positivo cambiar la dependencia energética por una dependencia tecnológica. Tendremos el sector energético que entre todos hagamos. Se han sentado buenas bases pero no podemos dormirnos en los laureles, porque nuestros competidores están en permanente vigilia.

*Consejero de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón