Hay asuntos en los que aparentemente el consenso es total, y cuando llega el momento de ser consecuente con lo acordado surgen las discrepancias. Ese es el caso de Averly.

El Ayuntamiento de Zaragoza catalogó como bien de interés arquitectónico protegiendo el edificio de viviendas en el Plan General de Ordenación Urbana de 1986. En 2006 el Ayuntamientofinalizó una profunda actualización del catálogo de edificios y conjuntos de interés arquitectónico donde se mantuvo el mismo nivel de protección vigente desde 1986, es decir había un acuerdo, fruto de un análisis reposado y apoyado en el informe del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, de que esa era la protección que merecía Averly.

Desde 1968 el Plan General de Ordenación Urbana siempre ha considerado la parcela donde se asienta Averly como de uso residencial, con la obligación de mantener y respetar aquellos elementos catalogados, por eso no se entienden muy bien las discrepancias actuales simplemente porque se vaya a desarrollar el suelo residencial tal como marca la normativa aprobada.

El modificar las reglas de juego a mitad de partido, sólo añade inseguridad jurídica para aquellas empresas que quieren desarrollar proyectos de inversión en nuestra ciudad, además de olvidar el carácter reglado del derecho urbanístico y los derechos que se van adquiriendo conforme avanza la tramitación, como garantía para cualquier tipo de arbitrariedad en una materia tan sensible como es el urbanismo. Fruto de ese debate actual el Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón, ha ampliado el grado de protección del 2% al 34%, protegiendo elementos que previamente no lo habían sido, lo que por fortuna aún lo hace compatible con el desarrollo residencial. El proyecto presentando que permitirá la rehabilitación de los elementos protegidosy obtener un equipamiento público de ciudad y la promoción de viviendas creo es muy positivo por varios motivos.

Permite recuperar una parte importante de nuestra historia, en un momento donde las prioridades políticas derivadas de las estrecheces presupuestarias hacen casi imposible una intervención desde la administración pública, por otro lado ayuda a la reactivación del sector de la construcción generando un impulso a la economía, empresas y trabajadores de nuestra ciudad.

Desde un punto de vista urbanístico y de ciudad además de obtener un equipamiento por la vía de la colaboración público-privada permite dar continuidad a la Milla Digital uniéndolo con los nuevos equipamientos del Portillo y ayudando a transformar lo que antes era un eje de salida de la ciudad en uno de los centros más modernos de Zaragoza. Hablar de Averly es referirnos a la pujanza industrial de la Zaragoza del XIX. Desde hace años por parte de la Confederación de Empresarios de Zaragoza y de la Cámara de Comercio se viene proponiendo la creación de un espacio divulgativo y de reconocimiento al importante pasado industrial de Zaragoza, que permita dar a conocer nuestro legado y desde el que propulsar la industria del futuro. Las instalaciones rehabilitadas de Averly serían una magnifica ubicación para este espacio.

Salvar Averly es precisamente eso, garantizar una viabilidad futura y además conservar la esencia de nuestro patrimonio industrial, aquello que se debe conservar según la resolución ya de por sí amplia del Gobierno de Aragón, que es la administración competente en esta materia. No se puede afrontar este asunto desde posturas maximalistas que harían desde un punto de vista económico inviable cualquier actuación sobre dicho entorno fiándolo todo a la voluntad política y disponibilidades presupuestarias futuras de tal envergadura que desde el punto de vista político y social serían imposibles de asumir en un contexto donde es necesario atender otras prioridades sociales, educativas, sanitarias o de infraestructuras. La imprenta Blasco, la harinera de San José son ejemplos de equipamientos que supusieron inversiones importantes desde lo público y hoy duermen el sueño de los justos, deteriorándose cada día, esperando que existan partidas presupuestarias y prioridades que les permitan despertar. Presidente de la CEZ