Aunque no se vaya a presentar a las elecciones de marzo, José María Aznar va a hacer campaña hasta el final. Ayer, aprovechó un acto institucional, la Pascua Militar, para descalificar de nuevo al PSOE por sus intentos de construir España de otra manera, más plural, aunque ello implique alguna reforma de la Constitución y de los estatutos de autonomía. Aznar descalificó el federalismo y aseguró que las propuestas socialistas rompen el "esqueleto" del Estado. Si se modifica el Tribunal Supremo, el Senado o la Constitución, después vendrá, según Aznar, "la Seguridad Social", y lo siguiente serán "17 agencias tributarias, 17 fuerzas armadas y 17 guardias civiles".

Al margen de que nadie en el PSOE pretende trocear el Ejército o la Guardia Civil, este razonamiento del presidente del Gobierno ilustra sobre su fervor autonómico. Siguiendo la misma lógica, podría haber añadido "y 17 gobiernos y 17 parlamentos", que es precisamente lo que la España de las autonomías ha propiciado. Si la autonomía se asienta en un Gobierno y un Parlamento, ¿serán la justicia o la Hacienda descentralizadas las que quebrarán el Estado? Sólo desde la añoranza de la España unitaria puede pensarse eso.