Aznar habló de semanas pero tendría que haber sido más preciso y hablar de horas, porque hoy mismo el Consejo de Ministros va a autorizar la compra de 550 kilómetros de tuberías para trasvasar agua del Ebro. Al presidente del Gobierno le corre mucha prisa dejar el trasvase bien atado, y en seis meses su Gobierno ha sido capaz de estudiar y aprobar la declaración de impacto ambiental y comenzar las obras. Lo nunca visto en una obra pública en Aragón, porque las prisas han llevado a Aznar a comenzar el trasvase incluso un día antes de que el Boletín Oficial del Estado adjudicara los contratos. Cualquier parecido con la primera piedra que hoy colocará Benigno Blanco en un nuevo tramo de la autovía de Teruel es pura ficción, aunque para ser más exactos hay que decir que es pura provocación, pues Aznar se comprometió a inaugurar la autovía en 2004 y aún sigue enviando a secretarios de Estado a poner piedras.