Resulta que tenemos un campeón zaragozano que ha sido 12 veces campeón de España en Karate, que tiene cuatro medallas europeas y medalla de bronce en los Campeonatos del Mundo de Madrid, 2018. Confieso que no sigo mucho la actualidad deportiva, excluyendo la trayectoria del Real Zaragoza, el Casademont, el ciclismo y poco más. Pero seguramente si nuestro campeón Babacar Seck no fuese de origen senegalés ni negro de piel, hasta yo me hubiera enterado de sus éxitos deportivos. Resulta también, me aseguran, que Babakar se ha convertido en un referente y por eso tiene en su barrio Oliver, un mural. Mientras, el hijo del senegalés que llegó a España en patera, se gana la vida como soldador perfectamente integrado en nuestra ciudad, convertido en modelo para quienes practican ese deporte sea cual sea el color de su piel. Pues bien, esta semana algún racista nazi ha ensuciado el mural con sus señas de identidad. Ya se sabe que tales sujetos no pueden presumir de mucha inteligencia ni de un nivel cultural aceptable, ni seguramente tampoco de haber viajado un poco más allá de sus fronteras mentales. Son los mismos impresentables que insultan a los futbolistas de piel negra a la menor ocasión, aunque sean de su equipo. Seguramente se sienten superiores por ser blancos y sin duda lo son en estupidez e ignorancia. Deberían saber que no existen las razas, que tal concepto es un invento sin ningún apoyo científico y que no es sino una excusa para justificar la segregación, la marginación y en muchas ocasiones la negación de acceso a los recursos públicos en igualdad de condiciones. Véase lo que está pasando en los EE.UU. tras el asesinato por parte de un policía racista de George Floyd. Una sociedad democrática no puede consentir actitudes racistas ni símbolos nazis. Y aunque sea tarde, ya lo siento Babacar, enhorabuena por tus éxitos, paisano.