Meses especulando si la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado iba a llevar a la conformación de nuevas mayorías parlamentarias de geometría o aritmética variable o como ustedes quieren llamarle porque no nos caben más conceptos para explicar lo de toda la vida, gobierno minoritario con apoyos puntuales, y es evidente que hay mar de fondo. La campaña electoral frenó los desacuerdos a pesar de las declaraciones controvertidas sobre la calidad de la democracia que fueron comprendidas y suavizadas por la parte socialista del ejecutivo, pero desde el domingo por la noche, y con un buen resultado para ambas formaciones los desencuentros se han agudizado, sea por las leyes de igualdad o por el encarcelamiento del rapero Pablo Hásel.

Esta estrategia de tensión sin que los lideres de cada partido se sienten a rebajarla como sucedía en cada encontronazo de comienzo de la legislatura tiene una finalidad que por ahora no se nos desvela, pero el tiempo mostrará. La imposibilidad de formar otras mayorías parlamentarias y el desconcierto de la derecha no servirá siempre como colchón de salvación al desacuerdo existente. Diferencias más bien declarativas, de presencia en el debate público que de funcionamiento ordinario del gobierno que sigue inmerso en la gestión de las dos crisis. La danza de cortejo y aislamiento entre ellos se produce mientras el Partido Popular después del batacazo de las catalanas, las declaraciones de Bárcenas, y el 'sorpasso' de VOX, todo ello bien envuelto con la venta de la sede de la calle Génova, da un paso en el acercamiento institucional al PSOE para renovar el Consejo General del Judicial.

Siguen bailando en Cataluña en un acuerdo difícil al que han interpuesto como casco azul a la CUP, la convivencia con los socios desgasta la relación a tal velocidad que hay que buscar vías de escape por cualquier camino. Es el ni contigo ni contra ti tienen mis males remedios, y que lleva a la danza continua en busca del partenaire adecuado en cada momento, así que seguiremos bailando sin parar en busca de pareja a corto plazo, sin compromiso estable. En peor situación están otros, que además de sus problemas de coalición y de protagonismo cargan con antiguos líderes dispuestos a ayudar en un ejemplo de lealtad, como Rivera abriendo contactos entre miembros del partido al que pertenece y los populares para llevar a cabo la gran fusión.

No intenten seguir los trayectos de todos, en algún momento pararán porque el vértigo se rige por unas leyes físicas imposibles de superar que obligará a bajar el agitado ritmo.