La consejera de Universidad, Maru Díaz, anunció a su llegada al Gobierno aragonés que uno de sus retos era bajar las tasas universitarias. La crisis sanitaria le ha ido bien y es un acierto que se hayan anunciado ya los descensos que también vienen de la mano del Gobierno central. Quizá pagar unas tasas de la universidad no es tan dificultoso pero con el grado no se puede salir al mercado laboral y se necesita un máster, y estos sí son muy caros. Además, las segundas matrículas también tienen unos precios altos por lo que afrontar una bajada de tasas era una tarea pendiente después de las subidas que marcó el PP. Es evidente que si la administración quiere recaudar, tiene otras vías y no es justo que las tasas universitarias fueran un mecanismo de recaudación». Es un esfuerzo público en estos momentos de crisis, pero apostar por la universidad es hacerlo por el futuro y ahí no hay que poner reparos.