La próxima cumbre hispano-francesa que ha de celebrarse en Zaragoza ya ha llamado la atención del Gobierno vasco, que pugna por tener en esa reunión un papel más significativo. Mientras tanto, la DGA ultima preparativos y mantiene su optimismo en relación con las consecuencias que el encuentro internacional pueda tener en lo que a las comunicaciones interpirenaicas se refiere. La presencia en la capital aragonesa del presidente Chirac y buena parte de su Gabinete debería garantizar el carácter ejecutivo de las decisiones bilaterales que puedan tomarse respecto del túnel de baja cota por Vignemale. Mas no estaría de más recordar que en otras cumbres celebradas anteriormente ya se decidió reabrir la línea férrea por Canfránc (que sin embargo sigue sin funcionar) y poner en marcha el proyecto para un paso de baja cota (cuyos avances han sido escasos). En resumen: que nadie espere milagros.