Por lo que a las circunscripciones aragonesas respecta, el resultado electoral más ajustado del pasado 14-M se produjo en la provincia de Teruel, donde los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, pelearon por el tercer escaño hasta el último minuto, hasta el último voto. Al final, los socialistas se impusieron por poco más de un centenar de papeletas. La candidatura encabezada por Gerardo Torres obtuvo 35.765 sufragios, por 35.637 la liderada por Santiago Lanzuela. Este cómputo global deparó a José Luis Rodríguez Zapatero una grata cosecha de dos diputados y tres senadores, mientras que Rajoy debía conformarse con un solo representante para cada Cámara. El resto de los partidos, PAR, CHA e Izquierda Unida, quedaron a mucha distancia de los mayoritarios en liza.

Con respecto a las elecciones del 2000, el PSOE consiguió persuadir en Teruel a alrededor de 7.000 nuevos votantes, mientras que los populares veían disminuir su registro electoral en 5.000 electores. Los atentados del 11-M, en su enrarecida vertiente de confusión informativa orquestada por el gobierno fue, sin duda, un elemento determinante para explicar el cambio de orientación de voto, pero también debieron pesar el trasvase del Ebro, la sostenida presión de la coordinadora Teruel Existe y, en estrecha vinculación con sus reivindicaciones, las escasas alegrías que los gobiernos populares destinaron a Teruel a lo largo de las dos últimas legislaturas. El hecho, ciertamente ignominioso, de que el ministro, ahora en funciones, Alvarez Cascos, se negase a comunicar la capital turolense con la línea de alta velocidad, mientras otras poblaciones similares, como Albacete o Cuenca, sí se beneficiaban de la bimillonaria inversión, pudo influir asimismo en el ánimo de los electores.

El PP cayó 7 puntos en Teruel capital, pero todavía consiguió derrotar al PSOE en más de 1.500 votos, lo que da idea de la escasa herencia que había dejado allí el ya olvidado Joaquín Almunia. El hecho de que el PSOE recuperase la Alcaldía el pasado mes de mayo ha podido influir en la remontada socialista, que se ha superado a sí mismo en 10 puntos.

En la provincia, el PSOE impuso su ley en la mayoría de las principales poblaciones. En Alcañiz, por ejemplo, una de las localidades claves, obtuvo 3.424 votos, frente a los 2.960 del PP.

En Andorra, los socialistas vapuleaban a los populares por 2.635 contra 1.381 votos, creciendo considerablemente los primeros, y decayendo con estrépito los segundos.

En Cella, patria chica de Lanzuela, los socialistas se imponían por un ajustado 917-855 que debió doler al expresidente aragonés.

En Utrillas, los socialistas de las cuencas mineras les dieron un baño a los populares: 1.230 votos contra 393.

En Calamocha, en cambio, el PP se tomó la revancha, derrotando al PSOE por un ajustado marcador: 1.050-903 (los socialistas crecieron aquí en más de 400 votos). Y, en Híjar, se produjo casi un empate técnico: 545-522, por delante el PSOE.

Unos datos a estudiar con calma.

*Escritor y periodista