Hace unos días, Pepe Serra, director del Museo Nacional de Arte de Cataluña, hablaba en un periódico de tirada nacional sobre lo divino y lo humano. Ya saben, lo típico que se le pregunta estos días a un señor con cargo institucional que ejerce en Cataluña: fundamentalmente, por la independencia. Y también, por supuesto, se le preguntó por los bienes de Sijena. El titular del despiece donde se habla del tema ya apuntaba por dónde iban los tiros: «La pesadilla de Sijena». Así es como califica el proceso el señor Serra, como una pesadilla ante la que, afortunadamente, «se está imponiendo el sentido común». Añade que se les acusa de no cumplir la sentencia, pero asegura que «no es verdad porque la juez no se ha pronunciado». Pues mira, hasta ayer. Ayer se pronunció la señora juez y la pesadilla para el señor Serra está a punto de concluir. Que cumpla y una preocupación menos que tendrá en la cabeza. Pero es curioso cómo, desde ciertos medios de comunicación, las reivindicaciones aragonesas han tenido siempre un tono sesgado. Sesgado hacia Cataluña, hay que decir. Ayer mismo, y en el mismo diario, se recogían las impresiones de Jorge Español, abogado del Ayuntamiento de Sijena, y el periodista (el mismo que le hizo la entrevista palmera al director Pepe Serra) lo presentaba como un hombre «siempre raudo a la hora de comentar las actuaciones judiciales, sobre todo si le son favorables». ¿No les chirría un poco la coletilla?

Tengamos todos claro que el día que vuelvan los bienes, podremos celebrarlo por todo lo alto. Bendita tozudez aragonesa.H *Periodista