El anuncio de Amazon por instalar tres centros en Aragón puede ser comparable a la llegada de General Motors en 1982. E incluso con la apuesta de Inditex por la logística aragonesa en la entrada del nuevo milenio. Y no exagero ni un ápice.

La mentalidad empresarial del gigante americano es la ficción más realista de hacía donde va el mundo. Las cifras que acompañan al aterrizaje de Amazon son considerables: 2.500 millones de inversión, cerca de 1.500 empleos directos en pocos años y la revalorización de Aragón como polo de atracción empresarial.

Sin embargo, hay un valor intangible de todo lo que supone la inversión en Aragón de la tercera empresa más poderosa del mundo. En el momento de oficializar el desembarco de Amazon, Aragón entra de lleno en el mapa de la economía digital. Y colocándose en los primeros puestos.

La llegada de Amazon debe ser un revulsivo para el gobierno autonómico con la idea fija de capitalizar la marca del gigante empresarial al atractivo de Aragón. Desde ahora, Amazon debe ser el membrete de cualquier tarjeta de presentación de Aragón en el mundo.

Junto a ello, el gobierno de Lambán tiene que seguir apostando por la digitalización de la economía en todos los ámbitos competitivos de la industria regional, que involucra a la educación. Y no dudar ni un segundo en seguir captando empresas innovadoras.

El vertiginoso cambio que experimenta la economía no deja ni un respiro. Es por eso que el gobierno aragonés debe abrir puertas y ventanas a cualquier empresa mediana con más de diez cifras de facturación. Ya no existe la varita mágica de captar una gran factoría que termina tentando a sus cuentas para deslocalizarse. La posición que adopta Aragón con la inversión de la compañía americana es envidiada por media Europa. La situación idónea de la comunidad debe despertar la inquietud por invertir en la formación dual centrada en la innovación o la digitalización, en arriesgar por proyectos pioneros o en evitar que el talento aragonés se exilie por falta de oportunidades.

En definitiva: si Amazon ha creído en Aragón, es el momento de que Aragón crea aún más en sí mismo. El tiempo dirá si el Gobierno es capaz de capitalizar la llegada de Mr. Amazon. Que no suceda como en la película de Berlanga, y la llegada del gigante americano quede en una anécdota para recordar durante otros tanto años. Es el momento de dar un salto al futuro.