Cual Mesías planetario y cultivando como nadie su arte de payasito internacional, Mr. Trump provocó la carcajada fácil de todo el universo ONU, de todos los países del globo, al afirmar que «en los dos últimos años había hecho más por su país que cualquier otro gobierno de EEUU». Y es que no es para menos, cuando uno escucha a un auténtico trol-destroyer-llámalo x vanagloriarse de sus hipotéticos «logros», aquellos que solo parecen ser vistos por su ojos mesiánicos y su bipolaridad no diagnosticada. Situación divertida, anecdótica en la historia de Naciones Unidas, pero absolutamente preocupante, dado que uno de los principales contribuyentes de los fondos ONU y también bloqueador de la toma de decisiones de esta institución, por su capacidad de veto en la toma de decisiones, por ser miembro permanente del Consejo de Seguridad, pone en entredicho la viabilidad de eso que podemos considerar lo más parecido al gobierno del planeta, en la medida en que no contempla políticas de cooperación con el resto del mundo. Solo habla de «hacer grande a EEUU» por encima de todo lo demás, y de posibles alianzas con países como Arabia Saudí, India, Polonia o Israel, que si por algo se distinguen es por tener escaso o ningún respeto a las libertades y los derechos humanos. Muchas risas, sí, pero ojito, que ese blow your own trumpet (echarse flores) y ese patriotismo mal entendido, está muy lejos de alcanzar la paz y el entendimiento global. Pongamos en cuarentena ese monologuismo humorístico Trumposo y empecemos a redirigir las políticas globales. H Periodista y profesora de universidad