La voz de los familiares de las víctimas de los atentados del 11-M conmocionó ayer, golpe a golpe, a toda España. Y abochornó, o debió hacerlo, a los diputados que han convertido la comisión de investigación del Congreso en un "circo mediático," por lo que recibieron un desprecio público. Pilar Manjón, madre de un joven que murió aquel fatídico día y portavoz de quienes han sido tantas veces olvidados o utilizados en los últimos meses, reclamó ayer "verdad, justicia y reparación".

Tras ese aldabonazo, y al quedar también de manifiesto la insuficiencia de las medidas de apoyo a las víctimas, el presidente Zapatero fue el primero que pidió perdón a su manera al ordenar que empiece a trabajar de inmediato un alto comisionado para coordinar esa tarea.

Después de oír la dolida denuncia contra quienes especulan con "frivolidad" e "inquina" sobre la autoría del atentado, reiteramos que debe empezar ya, de una vez, la redacción de las conclusiones objetivas de la comisión. Conclusiones sobre lo que pasó antes y tras el 11-M. Pero ayer, desde una voz ciudadana, los políticos manipuladores recibieron una bofetada aplaudida con toda el alma por millones de españoles.