La mesa municipal que pretende solucionar el conflicto del ruido en zonas saturadas de Zaragoza ha arrancado silenciosamente, con la elaboración de un primer borrador. Pero resulta que el tema viene de lejos, de muy lejos, y este comienzo no puede dilatarse con anteproyectos, proyectos y subproyectos. Hay que crear una base sólida, introducir los matices que se aporten desde los diferentes ámbitos implicados, y después actuar con rapidez. Nos pasamos la vida hablando del ruido, de la necesidad de compaginar el ocio de unos con el derecho al sueño y la tranquilidad de otros, pero luego las auténticas soluciones no llegan.