Ha muerto Miguel París, primer cámara de TVE en Aragón, que fue a la División Azul y ni ante sus hijos quiso mostrar sus medallas. Se metía debajo de los tanques rusos con una bomba, así que luego no le resultó difícil grabar los goles del Zaragoza con una cámara a la que había que darle cuerda a mano, y que sólo permitía filmar tres minutos. Es verdad que ahora es muy duro lo del periodismo, y todo en general, pero después de escuchar un rato a este veterano que nos acaba de dejar huérfanos, se comprendía que hay que apechugar con lo que venga, que igual que él cargaba con una batería de camión hemos de cargar hoy con las secuelas del momento. Cada día somos becarios, hasta que nos hacen fijos de la muerte, Miguel, te recordaremos siempre. Nos ha dado por las deudas. No hay otro tema más a mano. Quizá nos estamos pasando de vueltas. Hay que hablar un poco de lo que se hace, tantas cosas en marcha, más que nunca en la historia de esta comunidad. Se entiende que los responsables, desde el ministro hasta el último concejal, quieran dejar claras las deudas en el primer año (que para los municipos y autonomías ya ha pasado) para luego dedicarse a lo positivo. Si es por eso, vale. Pero si es porque se han contagiado de la paranoia economicista que reduce a eso todo lo demás, que se relajen un poco. Se podrían comparar las deudas de la autonomía y de los municipios (hay municipos que son una autonomía bis) con las de las familias censadas en ambos, a ver qué sale. El Banco de España dice que la deuda financiera de las familias ha aumentado el 17% de marzo del año pasado a marzo de éste. 77.000 millones de euros. Y que el crédito hipotecario ha aumentado un 20% en los últimos meses. A lo mejor en cada casa no están a todas horas autoflagelándose con lo que deben. También ha aumentado la riqueza de las familias, aunque con relación al PIB, el año bueno fue el 99. No hay más que ver lo bonitas que son las revistas gratuitas de las inmobilarias, buzoneadas full time. Las deudas hay que asumirlas y repararlas sin abrasar al contribuyente, pero se supone que alguien tiene que estar liberado de esa monserga contable (que ya se externaliza bastante) y que también hay que hablar de los proyectos, que si no se nombran cada día, se paran. A ver en qué fase está, por ejemplo, Zaragoza Alta Velocidad (increiblemente se llama así).

*Escritor y periodista