España ha abandonado la unidad de cuidados intensivos donde la Unión Europea atiende y vigila a los estados con desequilibrios más exagerados. Gracias a las reformas introducidas por el Gobierno de Mariano Rajoy el año pasado, según el comisario de Economía, el país ha subido un peldaño y ahora, en situación menos grave, se alinea con Irlanda y Francia, dos países en situación delicada pero estable. Olli Rehn valoró el miércoles los datos de paro difundidos el martes por el Ministerio de Empleo, aunque consideró que no son suficientes. Que la situación española aún es inestable y que el país debería hacer un esfuerzo adicional para reducir la deuda pública y la privada, aunque ya no representa una amenaza para el euro. Ese papel le corresponde ahora a Italia. En lo que se refiere al mercado de trabajo, la UE plantea de nuevo la necesidad de más reformas para aumentar la flexibilidad y reducir la fijación de salarios. Son los mecanismos, dice, que permitirán mejorar la competitividad y aumentar las exportaciones. Nada nuevo en la doctrina comunitaria. El PIB español crece moderadamente como resultado de un ligero incremento del consumo de las familias --el 58% del PIB--, pero puede resultar tan precipitado atribuirlo a las políticas aplicadas por el Gobierno como vincular estas al descenso de la prima de riesgo, común a todos los países de la Unión, incluso los intervenidos.

LLEGAR TARDE

Bruselas se ha atrevido por primera vez a llamar la atención a Alemania por un excesivo superávit comercial --el 6% de su PIB-- que dificulta las exportaciones de sus socios, dado que el 40% de las ventas alemanas al exterior tienen como destino el resto de la UE. Y también por primera vez Berlín ha preferido darle la razón y decir que debe estimular su demanda interna, lastrada por años de moderación salarial. Pero tanto en el caso de Alemania como en el de España, Bruselas llega tarde. Si la economía alemana creció en el tercer trimestre del año pasado el 0,3% fue gracias a que el consumo de las familias mejoró el 0,7% en ese mismo periodo. Y por lo que se refiere a España, el Gobierno del Partido Popular no ha dejado de introducir nuevos cambios --aunque sin publicidad-- en la legislación laboral desde la reforma del 2012, de manera que los salarios son más bajos cada día, y la negociación colectiva, más difícil para los trabajadores.