El nuevo avance burocrático para el desdoblamiento de la N-II entre Pina y Fraga es una buena pero insuficiente noticia . Está claro que para mejorar la carretera es necesario superar las exigencias administrativas, pero no es menos evidente que por mucho avance sobre el papel que se consiga, el Gobierno no tiene intención de destinar por ahora un euro en la ejecución del proyecto. Y sin capacidad inversora, lo único cierto es que cada día que pasa está más cerca la caducidad de la concesión a la empresa que hoy gestiona la autopista AP-2, paralela a la nacional, en agosto del 2021.