Mañana tendremos nuevas cifras del desempleo en nuestro país, las correspondientes al mes de octubre, y volveremos a decir lo de siempre: se crean más o menos puestos de trabajo, crecen (o bajan un poco) las afiliaciones a la Seguridad Social, pero el empleo sigue siendo precario y hay que buscar soluciones por parte de las administraciones y los agentes sociales. Es lo de siempre, si, y lo único en lo que todos coinciden al hablar de la economía y su tendencia en nuestro país. A partir de ahí, según quien hable (y cómo lo diga) se pueden tener visiones muy distintas de la situación española, aunque no de la aragonesa. Aquí, prácticamente todos dicen lo mismo: es la comunidad española donde más está creciendo el PIB en este año, vamos a estar en los puestos más altos de la tabla de incremento del 2018 y, además, la inercia se mantiene de cara al año que viene.

Algunos empresarios españoles están quemados con el Gobierno de Pedro Sánchez y eso lo airean cuando pueden. Esta misma semana se ha visto en la reunión del Instituto de la Empresa Familiar, a la que acudió el presidente y vivió una gran frialdad. Lo que les ocurre es que viven cierta inseguridad jurídica y están temerosos de ella. No les gusta la política fiscal del Ejecutivo (con el apoyo de Podemos) por ser un tanto cortoplacista y le piden al líder socialista que sea estratega a largo plazo y, si de paso, esa política no les resulta muy agresiva, mejor. Además, a muchos de estos empresarios les escuece que PSOE y Podemos les presenten como aquellos que no pagan impuestos (o pocos) y exploten a los trabajadores. Pero no se avecina ninguna otra crisis como hay quien cuenta insistentemente desde las patronales como reacción a las posiciones gubernamentales. Sí es verdad que se adivina una pequeña desaceleración, pero ni se produce solo en España ni mucho menos está provocada por la llegada al Gobierno de la izquierda. El petróleo y la luz siguen subiendo espectacularmente y, por tanto, el IPC, y el mercado laboral continúa muy inestable. Es cierto que esta desaceleración nos puede afectar a todos, de una u otra forma, pero también es muy real que no va a tener los efectos de la crisis del 2008.

En esa reunión de Valencia, donde estaban representadas muchas de las empresas aragonesas que conforman el PIB de la comunidad, hubo varias voces críticas contra la economía española, pero Juan Roig, el presidente de Mercadona, resumió muy bien lo que querían decir: «El lío político y autonómico nos hace estar más acojonados, pero la economía va». Pues eso. ¿Que los presupuestos de PSOE y Podemos conducen a la recesión? Pues no. Ni la subida del salario mínimo, al menos no ocurre en otros países europeos. Una prórroga presupuestaria podría ser mucho peor. ¿Que la economía española no está como en el 2008 para afrontar una recesión? Lógico, pero la crisis no será igual.

Solo hay que mirar a economías como las de Aragón, Madrid o Murcia. Distintos estudios económicos dicen que son las comunidades que más crecen en España este año y seguirán así el que viene. Aunque también haya unos presupuestos aragoneses prorrogados porque el Gobierno de Javier Lambán no pueda cerrar unas cuentas para el 2019 con Podemos e IU. Pero lo que sí hay son muchas inversiones en marcha y eso es lo que impulsa el crecimiento del PIB regional. El propio viaje a China que acaba de iniciar la DGA con una docena de empresarios aragoneses es otro empujón económico, sobre todo a la agroalimentación, cuyos resultados se verán a corto plazo. En la presente legislatura se han sentado las bases de muchos nuevos proyectos que van a ser rentables para Aragón. A lo mejor no generan el empleo que sería de desear, tanto por su cantidad como por la calidad del mismo, pero la tasa de paro regional también se encamina en buena dirección.

Y está situación económica aragonesa la ven y la valoran desde los dirigentes de la patronal regional (que han hablado en positivo de la situación creada por el Ejecutivo PSOE-CHA) hasta muchos de los empresarios familiares de Aragón que en Valencia no quisieron aplaudir a Sánchez. Saben que se ha avanzado mucho y se va mejor. Que faltan más empujones, que hay inconvenientes como los de Brasil (está en juego el mayor volumen de exportaciones a América Latina tras México) pero que hemos creado una zona dinámica en España, también.

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