Los gobiernos de España y Francia crearon ayer un grupo de trabajo para la mejora de las conexiones ferroviarias entre ambos países. Después de que en la última cumbre al más alto nivel entre ambos países, celebrada en Málaga, apenas se avanzara al respecto, resulta alentador que dos primeros espadas de ambos gobiernos hayan vuelto sobre sus pasos. Tal y como anunció hace unas semanas el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, la apuesta pasa por crear «autopistas ferroviarias» entre ambos países, y en este marco se ha valorado la reciente presentación de una solicitud conjunta de ayudas europeas para la línea entre Canfranc y Pau. Sin la sensibilidad de Madrid, la reapertura es imposible.