El anuncio del cierre de la térmica de Andorra ha conjuntado la presión del ministerio, Gobierno autonómico, municipios afectados y sindicatos en la exigencia a Endesa de compensaciones por la medida. De momento, se trata de retrasar el cierre y, sobre todo, de aprovechar ese intervalo para impulsar iniciativas ( se especula con la agroalimentación y las energías renovables) que mitiguen los fuertes efectos previstos sobre el empleo. Hay que acelerar, y afinar en los proyectos, más considerando que la reconversión del sector durante casi tres décadas apenas ha dado frutos.