Las familias de los 62 militares muertos en el accidente del Yak-42 en Turquía están hartas de pedir explicaciones y recibir la callada por respuesta. Cada día aparecen nuevas noticias que cuando menos cuestionan la transparencia de la investigación del accidente y el proceso de repatriación de las víctimas. Y mientras surgen nuevas dudas, el Ministerio de Defensa sigue callando y eludiendo dar explicaciones a unas familias que lo único que quieren es saber la verdad y si los muertos a los que enterraron son realmente los suyos. Ahora que los tribunales ya han recibido las primeras denuncias es posible que comience a arrojarse luz.