Si Reagan fue un gran presidente, Bush también puede serlo. No hay más que esperar unos años y ya le canonizan a uno. Más que nada por pereza, y por rebajar el listón. Los carteles de las fiestas, etc. Enrique Bunburi está consiguiendo llevar al éxtasis al público que llena el Principal. Euforia colectiva. Eso pone en las hermosas pintadas gigantes que alivian las vallas de La Almozara, aunque es difícil descifrarlas. Se ve que nos hacía falta un ídolo, un crack íntimo y salvaje, alguien que nos despojara de la homogénea globalitis sin dejar de alimentarla. Ahora resulta que Reagan era bueno. A todo se hace uno. A las diez de la mañana ya se acaba el fresco natural y hay que empezar a echar megavatios hora.

La principal tarea del aire acondicionado es defenderse del aire acondicionado de los demás. Para producir un metro cúbico de aire fresco hay que abrasar el entorno. El inmediato y el del planeta, incluida la peca de Venus, que es un lunar. Entonces, el problema ya no es el calor natural --que ya no existe--, el problema es el calor que generamos para producir un poco de fresco. Este bucle del agobio es universal: hay que emitir el doble, y gritar el triple, sólo para conseguir un trozo de silencio efímero. El doble cristal ya no es suficiente. Esta entropía es paralela a la que sufre el cerebro y sus periféricos. Para recortar gastos hay que aumentarlos. La ineficiencia se optimiza sola. Félix Teira ha escrito un relato o un artículo magnífico en el número 9 de la revista Elaios, que edita semestralmente el IES homónimo. Es un monográfico de alto voltaje dedicado al miedo, con portada de Isidro Ferrer. Reagan, qué gran tipo. La ONU se ha hecho cargo por fin del marronazo de Irak: se encargará de cambiar los ceniceros. Francia y Alemania han firmado el armisticio tal como estaba previsto. Hasta existe la OTAN. Podrían mandarla a la franja de Gaza.

En este videojuego de apariencias absurdas la idea de ir a votar es un poco excéntrica. Pero cuando nos agobiaba el aznaroide con el trasvase bien que recurríamos a Europa. Por suerte nunca sabremos qué hubiera dictaminado finalmente ese magma de dietas sobre el PHN. La Expo 08 ha de tener aire acondicionado vegetal, aunque haya que inventarlo a fuerza de becas.

*Periodista y escritor