Este será el mes de mayo más cálido desde que existen registros; es decir, desde siempre. Ninguna novedad: cada mes y cada año, desde hace ya tiempo, las temperaturas baten récords al alza. No es que el calentamiento global sea una realidad (que lo viene siendo en los últimosde lustros) sino que avanza a velocidad uniformemente acelerada. El fenómeno debería acojonarnos si tuviésemos entendederas para imaginar lo que puede pasar dentro de diez años; o al año que viene, sin ir más lejos.

Si a mediados de mayo ya estamos en un verano intenso y duro, imaginen lo que sucederá en julio y agosto. Tan evidente es el cambio climático, tan brutal, que incluso un negacionista habitual como Rajoy se ha dado la vuelta y predica, al menos de boquilla, medidas que impidan el efecto invernadero y preserven de alguna manera este planeta que cada día ensuciamos, envenenamos y destruimos en nombre del progreso. Progreso... ¿de quién?

Cabe suponer que aquel primo de don Mariano, el científico, cariñoso asesor del gran líder de la derecha, se ha dado cuenta por fin de que este calorcillo no es ni medio normal. En consecuencia, España ha de volver (sin prisas, que tampoco es cosa de echarse a correr) a las energías renovables que los ministros Sebastián y Soria se las arreglaron para planificar muy mal (el primero) y echar por tierra (el segundo). Eso mientras Alemania, por ejemplo, avanza en sus proyectos para extraer electricidad de las mareas, del viento e incluso del sol, con lo cual paliará el paulatino y definitivo cierre de nucleares y térmicas, reduciendo a la mitad la factura energética de familias y empresas (ese es el objetivo). Pero, claro, aquí el calor y el cielo despejadísimo forman parte de la megaindustria nacional: el turismo. ¡Playa!, ¡playa!... y que inventen otros.

En Aragón, ya se sabe, no tenemos otra obsesión que salvar la central de Andorra, la más contaminante de España y parte del extranjero. Aún no hemos sido capaces de analizar y entender los gravísimos efectos del calentamiento. Deberíamos pedirle consejo al primo de Rajoy.