Que Donald Trump es hombre de ideas tan firmes como fijas es algo tan innegable, por evidente, como la suma de errores provocados por sus ocurrencias, teorías y dogmas.

Trump se equivoca siempre. Lo cual, paradójicamente, no le impide ganar elecciones ni gobernar el país más poderoso del orbe. Sin embargo, habría que ser muy ingenuo para pensar que todos sus errores son producto de la ignorancia. Algunos, como, por ejemplo, su posición frente al cambio climático, han sido urdidos, perfectamente deliberados por sus facultades racionales, en orden a obtener determinados beneficios.

Particulares, naturalmente.

Porque el Trump empresario de éxito, inseparable al fracasado presidente que ya es, le impone a diario sus criterios económicos. El Donald propietario de complejos turísticos en Miami, valorados en decenas de millones de dólares, ha impuesto al Trump mandatario su interesado negacionismo del cambio climático. Puesto que, arguye Donald a Trump, «¿qué pasaría si eres tan tonto como para admitir que en unas pocas décadas el océano subirá de nivel hasta inundar las costas de Florida, cubriendo de agua salada tus propiedades y hundiéndote en la miseria? ¿A quién se le ocurriría pegarse en el pie con el palo de golf?»

De esa manera, negando el cambio climático y la subida de nivel del mar, los Trump protegen su joya patrimonial, el complejo Mar—a—Lago de Palm Beach. También llamado «Casa Blanca de invierno» porque Donald y Melania han recibido allí a líderes internacionales (pasando, desde luego, la dolorosa al capítulo de gastos protocolarios). Gracias a semejante propaganda, Mar—a—Lago, valorado en más de 100 millones de dólares, ha reconvertido sus 160 habitaciones y fabulosas instalaciones en un club privado a 200.000 dólares la cuota de ingreso.

Con la pandemia covid-19, el emprendedor Donald también ha intentado hacer negocio, y de ahí, más que debido a su preocupación por la salud de sus compatriotas, el interés del presidente Trump hacia las vacunas, y sus ofertas para monopolizar y distribuir la primera que funcione.

E igualmente va orientando Donald a Trump sobre la emigración, Siria, China… asuntos de actualidad donde haya o no oportunidad de negocio.