Estamos en campaña electoral... universitaria, vamos, que hay que elegir rector y después él nombrará equipo. Las aguas parecen bajar mansas (tras los cristales llueve y la melancolía anuncia fronda) aunque, por ejemplo la DGA (se supone que conveniente y legalmente asesorada) se ha permitido modificar algún aspecto de los Estatutos de la Universidad de Zaragoza, aprobados en sesión claustral. Tal hecho, sin más, traduce un gravísimo e intolerable atentado contra la autonomía universitaria. Los enterados afirman que Felipe Pétriz ha escrito misiva recabando explicaciones. Al día de hoy la comunidad universitaria desconoce cual haya podido ser la respuesta, si es que se ha producido, así como la ineludible reacción de las autoridades académicas. Asunto más que preocupante cuando está en marcha un proceso electoral aparentemente atónico pero que en fechas próximas amenaza con deparar sorpresas. Los chicos de Renovación juegan desde la Institución pero con mal tino y pésimas estrategias. En Plataforma ya preparan candidato y los del Colectivo también mueven ficha y engrasan nombres con prestigio. La LOU no es panacea alguna para solventar los males de una Universidad que tanto la sociedad civil como los partidos políticos no acaban de tomarse en serio. Aunque permite, entre otras cosas --ahora para elegir rectores--, mover fichas con criterios más democráticos y participativos. Todos y cada uno de estos grupos, para calentar motores, deberían manifestar su parecer ante la inopinada e incomprensible actitud de la DGA con respecto a los Estatutos.

*Profesor de Universidad