La revolución que poco a poco se gesta en el campo ha puesto bajo los focos la retahíla de problemas que asolan a la agricultura familiar. Más allá de promesas como la del Gobierno de Lambán con la preparación de una futura ley, o de análisis que hallan aquí la génesis de la España vaciada, hay un detalle incontestable: la brecha campo/ciudad también existe, y cuanto antes se acepte en las ciudades que los problemas del mundo rural son problemas de todos, mejor.