Francia lo ha dejado claro, abrir la línea ferroviaria de Canfranc no es su prioridad; su voluntad de inversiones se orienta hacia el sudoeste, con el AVE de Burdeos. Como mucho, la directora general de Medio Ambiente, Obras y Logística, Enmanuelle Baudoin, reconoció que no hay nada que impida la apertura de la línea en 2020, que es el plazo fijado. Quedan seis años, en una reivindicación que lleva medio siglo de demanda. A ellos se agarra la parte española para reiterar que el proyecto ferroviario es técnicamente viable. Solo faltaría, que en pleno siglo XXI una línea que ya circulaba a principios del XX no pudiera ser reconstruida. Aquitania y Aragón insisten, pero a partir de Bedous debe declararse de utilidad pública y eso corresponde a París. Y quien habla de prioridades es París, pero de otras como recordó ayer.