La línea férrea que llega hasta Canfrac se está convirtiendo en un auténtico símbolo del abandono de las infraestructuras. No puede ser una casualidad el encadenamiento de accidentes y averías que se generan, como están demostrando las incidencias acumuladas en lós últimos días. La obligación del Ministerio de Fomento es actuar ya, de una vez por todas, sobre el trazado o anunciar su nula voluntad de acometer obras. Pero una línea abierta al tráfico no puede seguir así.