En paralelo, portavoces del PP (del PP provisional, habría que decir) y de la CUP tronaron ayer contra el encuentro Sánchez-Torra celebrado el lunes. Unos y otros denunciaron el carácter absurdo e improcedente de la reunión. Para aquellos, una traición a la unidad de España; para estos, una traición a la República catalana. Así, los ultranacionalistas centrípetos y centrífugos trazaron un discurso capicúa que daba el mismo resultante leído de aquí para allá que al revés. Después de un tiempo interminable y repleto de tensión en el que la derecha españolista (incluyendo aquí a Ciudadanos, por supuesto) y, en Cataluña, el frente transversal secesionista han venido marcando la agenda política, es obvio que el más mínimo signo de distensión les agobia y les jode. En cambio, el sucio y peligroso forcejeo en el callejón sin salida les encanta. Es lo suyo.

Conste que abrir una ruta de diálogo permanente será complicado. El presidente del Gobierno de España está muy condicionado por su debilidad parlamentaria, y el president de la Generalitat es fiel servidor de los mitos (antidemocráticos) del unilateralismo. Pero bueno es que ambas partes hablen, aunque sea para fijar con precisión sus desencuentros e intentar limarlos. Sobre este conflicto político se han dicho ya tantas barbaridades por ambas partes, se han cometido tantos errores y se ha jugado tan alegremente con las artes de la guerra (dialéctica, se entiende), que volver a racionalizar la situación llevará tiempo, mucho esfuerzo y mucha paciencia. Pero no cabe otra alternativa.

Para romper ese capicúa letal y radical harán falta traidores, equidistantes, cosmopolitas, internacionalistas, demócratas, federalistas, filocanadienses, constitucionalistas (de los que no confunden nuestra Carta Magna con los Principios Fundamentales del Movimiento) y patriotas (en el mejor sentido del término). Sobran fanáticos patrioteros, extremistas, incendiarios, acosadores, dueñas/os de la verdad, oportunistas y mesías.

Ya podrían el PP y la CUP dejar en paz a España... y a Cataluña.