Después de pasado un tiempo prudencial, donde todos hemos podido reflexionar, creo que mi opinión sobre el Párroco de Sábada, del pasado 16 de septiembre en esta misma sección de Cartas al Director, fue malinterpretada.

Dada la repercusión negativa que obtuvo, quisiera aclarar que, aunque ausente de Sádaba por mi trabajo, quiero a mi pueblo como el que más.

Sólo intenté defender la decisión meditada del señor Obispo, y la respuesta que dicha decisión, a mi juicio, merecía.

Nada más lejos de mi intención que querer herir la sensibilidad de mis convecinos. Simplemente expresé mi opinión, tan respetable como la de los demás.

Me gustaría que esta explicación que doy tenga la misma resonancia que la anterior.

--Carmen Navarro Salvo. (Zaragoza)C