Pese a los acuerdos, promesas y compromisos del Ayuntamiento de que este año era el último que la Cincomarzada se celebraba en el Parque del Tío Jorge, verán cómo todo queda en agua de borrajas. Es decir, que no faltarán argumentos para defender que no hay en Zaragoza otra zona mejor preparada y que ni en el Consistorio, ni en la FABZ ven viable emplazarlo alternativamente en otros parques. Así pues, la costumbre convertida en tradición obligará de nuevo a los vecinos del Arrabal a asumir el caos circulatorio, la aglomeración de visitantes y, sobre todo, las toneladas de residuos que acumula la resaca de la fiesta. Es cierto que entre los asistentes hay "peñas" y grupos que respetan el medio ambiente y no merecen ser incluidos entre quienes provocan los daños y molestias. Ahora tienen un año por delante para buscarlo, acondicionarlo y anunciarlo; pero mucho me temo que no encontrarán ningún barrio que acepte ser escenario para acoger la Cincomarzada, en cuyo caso los arrabaleros tendrán que seguir "celebrando" que en 1838 hubo una batalla "casi olvidada" en la que los carlistas llevaron la peor parte... Bueno, la peor parte, tal vez sea la que le toque seguir aguantando al Parque del Tío Jorge y al Centro Cívico Social. -- Esteban Trigo. (Zaragoza) M