De la extremada comparecencia que el anterior presidente del Gobierno realizó la semana pasada sólo me interesa una consideración: el eco que sus palabras tienen dentro de lo que se denomina la nueva derecha española social y económica que ha construido su referente electoral democrático en el Partido Popular.

Más de ocho meses después de las elecciones, el núcleo duro del aznarismo sigue hablando con vesania de que, de no haber tenido lugar el terrible atentado, habrían ganado y de que, precisamente, esa fue la razón última del atentado.

¿Esta insania es compartida por la derecha social y económica de este país? La gente de derechas de orden, aunque sea del nuevo, suele ser gente sensata, asentada en el suelo, y esto es volar muy alto, tanto que el porcentaje de oxígeno desciende a umbrales mínimos, y un cerebro sin oxígeno es propenso al síndrome confusional. --José María Ballestín. (Zaragoza)M