Hermosa palabra y cada día mas extraña de escuchar en este mundo globalizado que amenaza con engullirnos, si no lo ha hecho ya. A pesar de ser tan extraño, en nuestra ciudad, Zaragoza, se ha iniciado una acción por parte de un obrero, que le vuelve a dar plenitud y vigor a esa cuasi olvidada palabra.

La huelga de hambre emprendida por don Pascual Pardos nos llena de esperanza a muchos otros trabajadores que tal vez mañana seamos despedidos por cualquier motivo, si, cualquiera, sólo es cuestión de dinero, la decisión es del empresario.

Don Pascual Pardos, en huelga de hambre desde el día 10 de este mes, encerrado en la Parroquia de San Agustín, es un hilo de esperanza para todos nosotros.

Gracias Don Pascual, nos está dando una hermosa lección. Con su acción nos esta demostrando que a veces la dignidad no se compra con dinero. -- Raúl César Ariza Barra. (Zaragoza) M