Le escribimos unas líneas desde la perplejidad que todavía nos aturde tras el bochornoso espectáculo presenciado el pasado 10 de octubre, junto a mis dos hijas de tres y un año de edad respectivamente.

Mi mujer y yo, nos disponíamos a aguantar estoicamente un espectáculo infantil, que sin duda alguna encantaría a nuestras pequeñas.

Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando en un escenario pobremente decorado, tapado por unas telas negras, con una megafonía propia de una verbena popular, aparecieron unos bailarines que se quedaron en ropa interior (ellas con tanga incluído), al compás de ritmos veraniegos y acrobacias varias.

Un presentador impresentable, una acústica inaudible y una iluminación que brillaba por su ausencia completaron el "teatro de los lunnies", con el que nos sentimos estafados. --Joaquín Moreno Hernández. María de Huerva. (Zaragoza)M