Acabo de leer con asombro el libro de dos eruditos en prehistoria, los señores E. Carbonell y R. Sala, catedrático y profesor de prehistoria respectivamente de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona. El libro se titula Aún no somos humanos y viene a proponer a la humanidad, sin el menor asomo de duda por parte de los autores (los imperativos leed y debatid del prólogo son muy expresivos al respecto), un salto en el vacío sin más apoyo que la "tecnociencia". Abominan de la credulidad religiosa para caer de lleno en otra: la credulidad "tecnocientífica". Porque hay que tener fe en la ciencia para creer que esta pueda ser una guía segura. Para empezar, la ciencia no es un conocimiento por causas: como mucho, un conocimiento provisional por la causa formal. Nada más. La ciencia sólo puede contestar al cómo y nunca contestará al de qué, por qué y para qué. Proponer, pues, un viaje evolutivo sin referencias, "metiéndole mano al genoma", es tan insensato como embarcarse sin piloto ni rumbo; la consecuencia de un ciego, peligrosísimo cientifismo que ignora que hay realidad mucho más allá de lo mensurable. Imprudente postura que sólo puede ser combatida desde la sabiduría; es decir desde la filosofía cada día más precisa. -- J. Francisco Luz. (Teruel) M