Prohibido esto, lo otro y lo de más allá. Además, para hacer casi cualquier cosa de las que no estén prohibidas, exigencia de permiso especial, en medio de la incertidumbre que representa para el solicitante carecer de seguridad jurídica sobre los criterios de concesión o de rechazo, ¿no les recuerda mucho a un sistema feudal? Es decir, que la participación en los órganos de gestión por parte de los territorios afectados será pieza clave para dilucidar si estamos de verdad ante Parques Naturales o más bien ante territorios acotados para el ejercicio de ramalazos neofeudales; pero claro, participación real (sin mentirijillas) y con poder efectivo.

Por ejemplo, si un solo término municipal (en este caso Ansó) aportara él solito bastante más de la mitad del territorio del futuro Parque de los Valles Occidentales, mala estrategia de partida sería la de intentar eludir semejante realidad; y así lo entendería, creo yo, cualquier aragonés. Y yendo al fondo del asunto, naturaleza y desarrollo pueden ser conceptos compatibles, visiten sino la comarca de Liébana al pie de Picos de Europa o admiren la solución dada al cañón del río Oca allá por Burgos..., ponen los dientes largos. -- J. Ramón Navarro. (Zaragoza) C