Yo no soy feligresa de Sádaba, pero he nacido en ese pueblo y me siento muy unida a él. Por lo tanto, no me dejan impasibles los "problemas que allí se originen".

El asunto del traslado del párroco de dicha villa está llegando a un punto difícil de entender. Cuando reanudé mi trabajo, en un centro de enseñanza religiosa, se me preguntó si mi pueblo vivía en el siglo XXI, o se quedó anclado en la Edad Media. A mí no me representan, dije. Y paso verguenza ajena, porque a mi juicio, responde a un infantilismo o lo que es más grave todavía, a carencias de formación religiosa.

El sacerdote tiene una promesa de obediencia al Sr.Obispo y ahora me entero que dicho Sr. debe contar con la opinión de Sádaba para organizar su Diócesis. No estoy sola en esta opinión. No son de Sádaba, pero entienden mucho de vida religiosa y de los compromisos que conllevan.

¡Adelante Sr. Obispo!, oraciones para todos. -- Carmen Navarro Salvo. (Zaragoza) M