LIBROS

Réquiem por una feria

***José Angel Jarne

***Zaragoza

Acabó la Feria del Libro de este año. En mi condición de lector, de ciudadano y de autor (siempre en este orden), considero que llegó el momento de hacer una reflexión y entonar el mea culpa . En boca de todos los participantes se notaba un ambiente de desencanto. Falta la chispa, ese revulsivo que da lugar a que el punto de reunión de autores, editores, libreros y público tenga la importancia y la calidad que se merece. No culpo en absoluto a la organización, que bastante hace. La responsabilidad es de todos, empezando por nuestros próceres. ¿Dónde estaban, por ejemplo, las máximas autoridades de nuestra comunidad y de nuestra ciudad el día de la inauguración? Determinados medios de comunicación que pasan de puntillas... Todos somos responsables. Se habla mucho estos días de cambio de ubicación. No es ése el problema. La cuestión está en el contenido de la Feria. Hay que resucitarla. Hay que incentivar las actividades diarias: animaciones infantiles, presentaciones de libros, encuentros de autores de reconocido prestigio con su público... En fin, muchas más cosas. Sí es bueno un cambio de ubicación, pero también un cambio de estrategias, un cambio de rumbo en el día a día. Basta con mirar a nuestro alrededor y comprobar qué hacen otras ciudades mucho más pequeñas. Llegó el momento de arrimar el hombro. Todos juntos, sin fisuras ni distancias pueriles. Mientras no alcancemos este objetivo, estamos ofreciendo una imagen paupérrima y, lo peor, dando pie a que cada día haya menos interés por el mundo de los libros.

CULTURA

La Campana responde

***José Angel Rodicio

***Zaragoza

Estimado señor Julio Rodríguez: bajo el "grandilocuente" eslogan "nos quitaréis la música... pero nunca la palabra", en ningún momento La Campana de los Perdidos ha querido incumplir las normas, necesarias para la convivencia en sociedad.

Cuando La Campana tiene solicitada la licencia para música y actuaciones desde el 15 de septiembre de 1989 cumpliendo toda normativa de insonorización y ésta se concede sin música por el problema de una normativa de bomberos, ya derogada, en virtud de la cual se nos exigía el tener una piscina de bombeo de agua de 24.000 litros, creemos que el caso es diferente y que merecería un trato diferente, nunca de favor, a la concesión de la licencia de música siendo demostrable que en estos 15 años de andadura no nos hemos hecho merecedores de ninguna denuncia por molestias al vecindario, ni por ruidos ni por horarios y esto, repito, es fácilmente demostrable.

Es fácil acusar sin argumentos válidos como lo hiciera otro escritor hace unos días poniendo en duda la ausencia de estas denuncias.

Y si hay quejas vecinales por los bares del casco viejo, por favor, distínganse unos casos de otros, no echemos por tierra con falsos testimonios una labor cultural reiterada y también demostrable, una labor que raya el mecenazgo y que no ha suscitado queja alguna por parte de los vecinos directos de La Campana, vecinos únicos capaces de enarbolar la bandera del descanso ciudadano. De poco nos sirve que se queje un vecino que vive en la calle Predicadores como fue el anterior caso, no sabemos dónde vive usted, pero seguro que no al lado de La Campana, pues de ser así y si conociese nuestra trayectoria estamos seguros que la ensalzaría en vez de ponerla en duda, pues en verdad creemos que estos "garitos" son necesarios en Zaragoza, máxime para los músicos emergentes. Por ese motivo en la cabecera de la manifestación y portando la pancarta con el eslogan mencionado iba una representación de los vecinos directos de La Campana.

Y nunca olvide que las normas, aparte de estar para ser cumplidas, han de adaptarse a la más elemental norma, que es la del respeto mutuo, norma que siempre cumpliremos.