SERVICIOS PUBLICOS

Escucha cualificada

***Delia Maza Martínez

***Zaragoza

Algunos servicios públicos nunca deberían ser privatizados. La externalización a la iniciativa privada de determinados aspectos en la gestión de servicios públicos se ha valorado como un instrumento para la eficiencia, pero existen excepciones. Hay derechos fundamentales cuya garantía exige la máxima concentración de recursos y controles públicos. El derecho a la vida y a la integridad personal se sitúan en la cúspide de la pirámide jerárquica de los derechos.

Los servicios de urgencias, de emergencias, esos que se reclaman con desesperación a través de los tres dígitos del teléfono: 061-062-080-091-092, así como el global 112, necesitan una escucha cualificada.

Esto significa, ni más ni menos, que cuando un ciudadano llama porque está en peligro su vida en una alerta sanitaria, al otro lado del teléfono debería encontrarse alguien que le sepa preguntar, y sepa valorar sus respuestas, pudiendo saber así qué recursos sanitarios tendrían que ser enviados.

Lo mismito en caso de cualquier alerta de incendio, catástrofe o calamidad. Y cuando a alguien lo secuestran o está en peligro cualquier circunstancia que afecte a su seguridad, el interlocutor que pregunte y escuche las respuestas debería ser un profesional de la seguridad para evaluar con rapidez los riesgos y poner en marcha los recursos y protocolos de actuación precisos en cada caso.

Los profesionales públicos cualificados en seguridad, sanidad y protección civil actualizan conocimientos para atender situaciones de urgencia. También dominan las nuevas tecnologías en transmisiones digitales, tratamiento de la información y gestión de bases de datos.

Las empresas que se ofrecen para gestionar las centrales de operaciones de emergencias contratan a teleoperadores en precario porque tienen por objetivo preeminente el del beneficio empresarial. Algunas cosas no deberían tener precio.

SANIDAD

Traslados de pacientes

***José Antonio Hermosilla

***Zaragoza

El día 29 ingresaron a mi madre en el Hospital Miguel Servet. Como compañera de habitación tenía a una señora de 79 años, que le notificaron que le daban el alta esa mañana. Debo advertir que esta señora no tenía familia consigo y estaba asistida por una joven que se encarga de su cuidado, contratada por ella misma, y debía de ser trasladada a su domicilio a través de una ambulancia.

Esta persona estaba ingresada desde hace 5 días, había pasado las noches sola y lógicamente tenía ganas de llegar a su domicilio. Pues bien, le notifican que el servicio de traslados se produce a partir de las 17.00 horas.

¿Deben de esperar los pacientes de fuera de Zaragoza hasta la tarde, cuando se les da de alta por la mañana?, ¿esta situación es común?

Cuando regresé a la habitación a las 20.00 horas para asistir a mi madre por la noche esta señora todavía estaba esperando su transporte, el cual le llegó a la 1.30 de la madrugada. Han leído bien, sí. 1.30, 15 horas más tarde de que le comunicaran a una persona sola, anciana, enferma y cansada que le daban el alta y que la trasladarían a su domicilio.

Señores responsables del Salud, ¿estas situaciones les parecen normales? ¿No hay en toda Zaragoza unas pocas ambulancias para realizar traslados a los pueblos? ¿Qué pensarían si este caso fuese el de un familiar suyo?

Esta persona no tiene relación ninguna conmigo, pero como persona merecía un poco más de respeto. Afortunadamente el trato que le dispensamos el personal sanitario, mi familia y demás personas le sirvió para aliviar parcialmente su angustia ante tal espera.

Solamente espero que nadie más se vea sometido a esa vergüenza sanitaria.