COMERCIO

Ikea en Zaragoza

***José A. Lecina Lanau

***Barbastro (Huesca)

Después de leer en su periódico el Tema del día dedicado al impacto de la implantación de Ikea en Zaragoza, me doy cuenta del daño que pueden hacer unos informes que por ignorancia o despiste no reflejan todos las variantes y resultados de un estudio.

1) Resulta raro que perteneciendo al sector y no conociendo a nadie que este a favor salga en su estudio que solo un 27,27% están en contra del proyecto.

2) Cada puesto de trabajo creado por Ikea será a costa de hundir una pequeña empresa.

3) No tienen en cuenta que nuestros proveedores son nacionales y un porcentaje alto de Aragón; los productos de Ikea están elaborados prácticamente en su totalidad fuera de España, echando del mercado a nuestras propias fabricas.

4) El 100% de nuestros beneficios se queda en nuestra región.

5) Claro que alrededor de Ikea no disminuye el comercio al por menor de muebles. Sencillamente es un suelo virgen y por supuesto que proliferan otras tiendas; la mayoría de las afectadas (las de Zaragoza y provincia) tendrán que cerrar o echar a parte de las plantillas el resto tendrán que trasladar su actividad a los alrededores de Ikea a recoger las migajas del festín.

En resumidas cuentas el nivel de vida en Suecia sube y en España baja, sólo hay que ver las fotografías de sus catálogos, los personajes siempre son suecos, altos, rubios y felicísimos. Claro que ellos no suben nunca muebles a la espalda ni se ensucian las manos con el montaje de los mismos.

SOCIEDAD

La nueva cultura

***Rafael Barnola

***Zaragoza

Siempre he tenido especial simpatía por la raza gitana. Desde muy pequeño hasta muy mayor, he mantenido por razones que no vienen al caso, una estrecha relación con esta simpática etnia llena de valores que, la mayor parte de los espectadores, son incapaces de captar.

Una de las cosas que me ha llamado la atención de los hombres gitanos, es su afición por vestir de negro. Camisa negra, pañuelo negro al cuello, sombrero negro e, incluso, frecuentemente, una franja de cuero negro rodeando al parte superior del bastón. Ese báculo indispensable en cualquier gitano que se precie y que, sin duda, es herencia de la época en que fueron los amos del trato de ganado en ferias y mataderos.

En una ocasión fui al hospital a visitar a un patriarca que estaba enfermo y al que conocía desde que yo era niño y él ya hombre. A la puerta de la clínica me encontré con las tres generaciones vivientes de su descendencia, como corresponde al gran respeto que siente esta raza por los mayores (¡qué lección para los payos!). Naturalmente, todos, hasta los más pequeños, vestían de negro. Después de charlar un rato al pie de su cama, le pregunté intrigado el porqué de esa afición al negro. Con voz profunda y después de coger aire para pronunciar la frase, me respondió escuetamente: siempre hay alguien por quien llevar luto...

Vengo observando últimamente, que hay una nueva clase social que se ha sumado a lo del negro y está intentando, sin ningún mérito para ello, identificarse, al menos en esto, con el noble pueblo gitano. Es la clase de los nuevos adalides de la cultura. De esos peliculeros que dicen que el gobierno que no subvenciona sus películas, no hace nada por la cultura. De esos cantantes que cuentan en sus canciones como se echa un polvo, y si no los invitan los ministros a tomar café a su casa, dicen que es porque no aman la cultura. De esos actores, todos de negro, que se erigen en portavoces de la cultura y de los valores humanos.

Observando este panorama y recordando la frase de mi amigo el patriarca, me preguntaba yo últimamente, por quien llevarán éstos el luto. Por fin lo he descubierto, el luto lo llevan por la cultura.