CIUDAD

Carril bici

***David Lafuente

***Zaragoza

En estas breves líneas quiero llamar a la conciencia ciudadana para que mejoren su educación vial. Señores y señoras, esa franja de tono rojizo que atraviesa una de las aceras del tercer cinturón, no es ni un carril especial para que paseen nuestros mayores, ni un carril-carritos de bebé, ni mucho menos un lugar de paseo de animales de compañía (y en ello incluyo a sus excrementos). Es un Carril-bici. Y yo entiendo que muchos se escuden en su ignorancia para usarlo, pero desde esta carta les diré que ese carril es de uso exclusivo de bicicletas (o en su defecto, patines y derivados). Sin ir más lejos, en las Fiestas del Pilar, mientras cruzábamos la calle desde Veterinaria hasta la zona de Ferias, por la "acera", un hombre con un carrito de bebé hizo un comentario que me indignó profundamente "¿es qué no tienen ya el carril bici para ellos?". Si no hubiese sido por mi educación, habría adjetivado su condición de ser humano, pero sobre todo le habría señalado las ocho personas (contadas) que en ese momento "paseaban" por el carril y las más de veinte que lo atravesaban camino a las ferias sin preocuparse de nuestra presencia. No creo que ustedes paseen o lleven a sus bebés por mitad de la calzada así que no lo hagan por mitad del carril-bici, si no algún día no muy lejano tendremos un disgusto, y si se piensan que un atropello de bicicleta no es peligroso les aconsejo que vean las imágenes de las desgraciadas muertes que sufren los ciclistas todos los años. A ver si va a resultar que después de tanto luchar y pelear para que en esta ciudad se imponga la sana cultura del carril-bici, van a ser nuestros propios ciudadanos los que demuestren que no estamos a la altura de alcanzar a las grandes ciudades europeas que ya lo poseen desde hace décadas. El otro día un niño de unos 7 años, estiraba del brazo de su madre para que se saliera del carril y fuesen andando por la acera. Y para los que se quejen de que es muy estrecha, les recuerdo que tienen otra enterita sólo con cruzar la calle.

ANIMALES

Sobre un perro de raza

***Esteban Trigo

***Zaragoza

Tenía que poner un nombre como cabecera de esta carta y he creído que el de arriba, serviría para que el señor Sancho Cubero, de Pedrola, identificara enseguida que voy referirme a su escrito publicado aquí el pasado domingo.

Mire usted, yo tal vez forme parte de esas personas que no tienen dos dedos de frente y figure entre los miembros de la sociedad inculta que existe en nuestro país. Poniendo estas frases en el orden que usted las escribió, acepto que no tengo la menor idea de perros galgos, dálmatas, podencos, pastores alemanes, dogos, ni otras especies caninas. En cuanto a razas peligrosas que, según dice en su carta, "el hecho de que un perro sea agresivo, no quiere decir que todos los perros de la misma raza sean igual", me parece un pobre argumento para correr el riesgo de probar si muerde, pues le puede ocurrir como al que calmaba a las fieras con música hasta que tropezó con un león sordo...

Me gustaría contrastar su amplio razonamiento con el de los familiares que han perdido a su hijito destrozado a dentelladas. A ver si les consolaba la manida frase de que la culpa no la tuvo el salvaje animal sino el dueño que no lo tenía bien enseñado.

Su carta-artículo empeora bastante cuando reconoce que hay perros a los que se les cruzan los cables y muerden hasta a sus dueños, para terminar descubriendo que también hay personas que matan sin motivo aparente, aunque algunas, al contrario que los perros, lo hacen por envidia, egoísmo, etc. A partir de aquí, ofrezco su texto a tantas víctimas de maltrato, cuyas desgraciadas historias tienen más morbo y se venden mejor en un país que, según termina afirmando textualmente "es más retrasado de lo que parece".

Ahora sí. Al fin le doy la razón.