SOCIEDAD

Vanidad y pobreza

***Florentino Cuesta

***Zaragoza

Sabemos que los intentos que llevan a analizar con cordura los proyectos de grandes inversiones con dinero público casi siempre son molestos, y son tildados de antiprogresistas y carentes de visión de futuro. Así --deplorablemente-- se ha escrito la historia de los pueblos ante la arrogancia de los dirigentes que ostentaban el poder. Nuevamente se ha abierto en nuestra ciudad la disyuntiva de la consecución de la Expo --con un sin fin de infraestructuras--, y el asunto del campo de fútbol municipal de la Romareda ¿derribar, reparar o hacerlo nuevo?

Ante las astronómicas cantidades de dinero del contribuyente con ribetes de estar endeudados durante toda nuestra vida e hipotecado nuestro estado del bienestar, deberíamos --todos-- desterrar el sentido de humanidad que todavía nos envuelve al pensar en el grado que puede quedar herida la dignidad de los pobres que pululan a diario las calles de nuestra ciudad para analizar --en justicia-- si las asignaciones de los Servicios Sociales son éticamente correctas, dignificando primeramente al hombre antes que a la diosa vanidad.

LEYES

Indulto

***José Luis Ester

***Zaragoza

No llego a comprender a estas alturas de nuestra reciente historia democrática, como alguien puede defender que se indulte al Sr. Vera, juzgado y condenado siendo la sentencia firme, por varios episodios relacionados con el entramado jurídico financiero que supuso el terrorismo de Estado en la conformación del GAL y que desde mi punto de vista supuso la vulneración de los principios básicos de nuestro Estado social y democrático de derecho, y hacerlo además con el argumento del amor a la "patria española", ya que "si se tira de una cereza, puede caer el racimo entero", como realizó el presidente de la Junta de Extremadura, el Sr. Rodríguez Ibarra, en un programa televisivo reciente.

Inmediatamente se me ocurre pensar que siguiendo el mismo argumento, nos quedaríamos sin razones para condenar la guerra preventiva que inició EEUU contra Irak, una guerra que para mí es claramente ilegal y que vemos sigue cada día vulnerando los Derechos Humanos más elementales, como es el derecho a la vida de civiles desarmados. La sensación de inseguridad y desazón que me producen las declaraciones del Sr. Rodríguez Ibarra es importante; si no somos capaces de respetar las normas que nos hemos dado por cauces democráticos y pacíficos, ¿qué autoridad moral le queda a nadie para exigir reciprocidad? Tengo claro que las normas deben estar al servicio de los ciudadanos y no al revés, y por ello es necesaria la posibilidad de modificarlas, reformarlas, sustituirlas, enmendarlas y todo lo que sea necesario para que garanticen una mejor convivencia e incorporen una mayor libertad para todos. Pero no es posible saltárselas sin que tengan consecuencias y de esta forma me parece evidente que se pongan en práctica las medidas disciplinarias oportunas para aquellos que no las respetan, y quiero referirme a todo tipo de conductas, a los que organizaron los GAL, a los que invadieron Irak, y a los que conducen por la autopista en sentido contrario. Sin embargo en lo que sí estoy de acuerdo con el Sr. Rodríguez Ibarra es en lo siguiente: es muy probable que si tiramos de la cereza autora a continuación caigan las cerezas cómplices, las cooperadoras necesarias, las coautoras y las encubridoras, incluso el racimo entero que estaba podrido, pero lo que es el cerezo, que sin duda por estas actuaciones quedó debilitado, con un adecuado cuidado en cuanto a la realización de las labores de poda, injerto, riego y abonado, saldrá adelante sin duda fortalecido y sabe la razón: porque no tiene miedo, ya que somos muchos más los cuidadores de él que los aprovechados que sólo buscan su propio beneficio.